jueves, 14 de abril de 2022

Orgullosos de lo que somos


El Atlético de Madrid no pudo lograr la clasificación a semifinales de la Champions League, en el choque de vuelta de cuartos de final ante el Manchester City, disputado ayer miércoles en el Metropolitano y que se saldó con empate a cero. No lo consiguió, pero lo rozó con las yemas de los dedos, controlando el choque en la primera parte y siendo toda una apisonadora en el segundo. Ocasiones hubo, muchas, sobre todo en los últimos 20 minutos; puntería no. La pegada de la que tantas veces habla el Cholo, en este caso su ausencia, le castigó con una eliminación injusta, pues en los 180 minutos de esta ronda siempre se jugó a lo que quiso el equipo rojiblanco y únicamente el solitario tanto de De Bruyne en el duelo de ida impidió que el Atleti se colara entre los cuatro mejores equipos de Europa.

Bueno, el gol del partido de ida, un arbitraje sibilino, tendencioso y permisivo a más no poder con el Manchester City, que se comió (no sabemos si de manera intencionada) un claro penalti a Correa; y una estrategia de los ingleses de no jugar el partido, que sería respetable si no fuera porque fue lo más antideportivo que hemos visto nunca en un terreno de juego.

Pérdidas de tiempo constantes y jugadores haciendo la croqueta más veces que Alberto Chicote en un restaurante, insistimos, permitidas por el colegiado y que sacaron de quicio a los jugadores colchoneros, dando lugar a una tangana que sólo benefició al equipo inglés, pues apenas se jugó nada de los nueve minutos de prolongación.

Ése es el fútbol champagne y de la excelencia de Guardiola, el de la línea del pensamiento único, los meacolonia y el Fair Play más falso que una moneda de siete euros. Que hoy la prensa británica se haya despachado a gusto contra el Atleti, llamando a los jugadores locos, malos y peligrosos, es la enésima demostración de que la sociedad de ese país está enferma. La típica que da lecciones cuando debería esconderse.

La historia no engaña. No hace falta recordar que los mayores escándalos y tragedias de la historia del fútbol mundial han sido causados por los hooligans británicos. Así que lecciones, las justas.

En clave rojiblanca, tenemos que estar orgullosos de nuestro equipo. El Atleti lo dio todo, se dejó el alma y la vida sobre el césped, hubo una comunión fabulosa con la grada y por primera vez, el Metropolitano pareció el Calderón. Esa es la línea a seguir. Por si alguno lo dudaba, el Cholismo sigue vigente y más vivo que nunca, y lo de ayer fue una demostración de que con Simeone al frente, el Atleti puede competir con cualquiera.

Borja

(El Doblete Radio)

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¡Aúpa Atleti!